El guardián entre el ibuprofeno. Enfermera saturada
Es triste amar sin ser amado, pero más triste es quedarte sin gasas en la habitación del aislado.
¿Cuál es el colmo de una enfermera? Ponerse enferma. Y si esto sucede en sus días libres, es todavía peor porque no puede automedicarse y tiene que ir a su centro de salud a por recetas.
Así empieza esta nueva entrega de las aventuras de Satu. Aquí descubrirás que los puntos para la bolsa de empleo son los bitcoins de la sanidad, que los pijamas también van de Erasmus ya que si echas a lavar uno del Servicio Galego de Saude pueden devolverte otro del Servicio de Salud de Castilla y León, que escuchar "paciente independiente, orientado y colaborador" puede producir más placer que el satisfyer y que a final de mes una enfermera con turno de noche ha visto más lunas que Joseba el de Carglass.