Cuerdas de plata. Stefan Zweig
En la primavera de 1901, cuando aún no había cumplido veinte años, Stefan Zweig, tras publicar algún poema o relato en periódicos y revistas de prestigio de la época, vio cumplido el sueño de ver impreso su primer libro. Se trataba de Silberne Saiten (Cuerdas de plata), que llegó a las librerías de Berlín bajo el sello Schuster und Loeffler
En la primavera de 1901, cuando aún no había cumplido veinte años, Stefan Zweig, tras publicar algún poema o relato en periódicos y revistas de prestigio de la época, vio cumplido el sueño de ver impreso su primer libro. Se trataba de Silberne Saiten (Cuerdas de plata), que llegó a las librerías de Berlín bajo el sello Schuster und Loeffler. Estos poemas, los más logrados y temáticamente más afines entre los cientos que había escrito hasta la fecha, habían nacido de la "pasión por el lenguaje", como declaró en sus memorias. P
ara Zweig, fascinado por la poesía de Émile Verhaeren y Rainer Maria Rilke, que su libro, bellamente impreso e ilustrado por el vanguardista Hugo Steiner-Prag, apareciese en el mismo sello donde publicaban jóvenes poetas como Hugo von Hofmannsthal y el propio Rilke, satisfacía todas sus expectativas.
La prensa reseñó el poemario con creces, la opinión casi unánime fue que aquella era la obra de un joven con talento, y pese a subrayar en sus versos una carencia de experiencias profundas, reconocía en ellos un valioso ejercicio de estilo.